jueves, 21 de diciembre de 2017

Películas (Una mirada diferente al cine) 

Un hombre que ha perdido completamente la memoria debe reiniciar su vida en una zona marginal, junto a seres humanos apartados de la sociedad.
Un hombre sin pasado (2002), título temático de esta película finlandesa, hace referencia a la situación en la que se encuentra el personaje al verse desprovisto de sus recuerdos e incapaz de recordar su pasado. Bajo los ojos de una sociedad consumista y materialista, M no existe, es un cero a la izquierda, un parásito. Sin documentación y sin recuerdos no es nada. La temática de la película, por tanto, consiste en la privación de la memoria con motivo de superar los prejuicios sociales, y la necesidad de rechazar una forma de vida basada en los preceptos establecidos por la sociedad contemporánea.
Aki Kaurismaki es un director inconformista, y entre sus características más destacadas se encuentra el hecho de oponerse a las formas clásicas del cine nórdico y rechazar los efectos de la puesta en escena, apostando por una economía de la expresión. Por lo general, sus personajes protagonistas son distantes, inertes, carentes de sentimientos, y si los tienen son interiorizados. En cambio los secundarios de algunas de sus películas poseen una viveza poco comunes. Otra de las constantes del director finlandés es el humor frío que contrasta con la desesperación de los personajes y lo desgarrador de sus historias.
Esta película consiguió el Gran Premio del Jurado y el Premio a la Mejor Interpretación Femenina (Kati Outinen) en el Festival de Cine de Cannes (2002), así como el de la Fipresci en el Festival de Cine de San Sebastián (2002). Nominada al Oscar a la Mejor Película no inglesa y siete nominaciones a los Premios del Cine Europeo.
Una pequeña joya del cine finlandés exótico, uno de los cantos más entrañables que ha recibido el mundo de los desheredados en una película inclasificable.

 

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