En el corazón de la Mongolia China, una pastora, Tuya, se deja
la piel para sacar adelante a sus dos hijos y a su marido paralítico,
Bater. Pero, para resolver su precaria economía, el matrimonio
decide divorciarse. Ahora la misión de Tuya es encontrar un esposo que
acepte mantener a toda su familia, incluido el ex marido.
La boda de Tuya (2006) es la tercera película de Wang Quanan, que obtuvo el Oso de Oro, máximo galardón del Festival de Berlín.
Gracias al premio, el director y guionista se consagraron como uno de los
más prometedores autores de la llamada Sexta generación de cineastas
chinos, es decir la actual. Wang Quanan y los otros autores de la nueva
hornada tienen en común que ruedan un cine más directo, cercano al neorrealismo
italiano, frente a las películas visualmente poderosas y ornamentadas
del resto de representantes de la generación anterior.
En esta ocasión, Quanan se concentra en
describir la forma de vida de los mongoles. El
director integra en la historia detalles tan interesantes, como su forma
de alimentarse, a base de carne y mantequilla de oveja, su costumbre de
beber alcohol para protegerse del frío, sus ropajes, su forma de montar
en camello, etcétera, por lo que el film tiene el valor divulgativo de
un buen documental.
La mayoría de los actores de la película no eran profesionales, como Bater, un auténtico pastor mongol, quien después del rodaje y a pesar de ser un hombre con las dos piernas en perfecto estado, no pudo seguir pastoreando sus ovejas. El gobierno local le obligó a él y a su familia a abandonar las estepas. Bater se convirtió en campesino después de la película.
Esta película narra la encantadora y a la vez devastadora historia de una mujer que no puede huir de la existencia difícil y triste que vive en la China mongola
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