Tenía una voz parecida a la de Donovan y su música era rica en
matices, muy cálida, en una línea similar a los discos que a principios
de los años setenta lanzaron a la fama a reconocidas figuras, hoy con
estatus de leyenda, como Neil Young o Gil Scott-Heron. Basta escuchar
canciones como I Wonder, Street Boy, Crucify Your Mind o Sugar
Man para caer en la cuenta de que estamos ante un brillante compositor
que combinaba la música folk con el rock, la psicodelia, el pop y
pinceladas soul. Pero, cosas que pasan en la industria musical, Sixto
Rodríguez nunca tuvo éxito, al menos en Estados Unidos y Europa, los dos grandes mercados. Fué un absoluto desconocido.
Los discos que grabó para Sussex Records en 1970 (Cold Fact y Coming
From Reality) no despacharon más de seis copias, según responden desde
el sello norteamericano.
Su carrera se pararía de golpe cuando Sussex prescindió de sus
servicios antes de Navidad, como cantaba de manera premonitoria en Cause, una de sus canciones más tristes y que cerraba el Coming From Reality, su segundo y último disco, publicado en 1971.
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