El cantante y compositor Prince Rogers Nelson, conocido en el mundo del espectáculo como Prince, ha sido encontrado muerto en su casa estudio de Paisley Park, en su ciudad natal de Minneapolis.
"Múltiples fuentes conectadas con el cantante confirman que ha muerto",
asegura el portal estadounidense 'TMZ', el primero en informar de la
noticia. Dicho extremo ha sido confirmado igualmente a la agencia
Associated Press por su publicista. El pasado 15 de abril, el avión
privado de Prince tuvo que realizar un aterrizaje de emergencia debido a
una complicación de su salud, aunque un día después apareció en
concierto y su entorno aseguró que se trataba de una gripe.
El pasado mes de marzo Prince y la editorial Random House anunciaron la publicación de The beautiful ones, su autobiografía, en la que pretendía abarcar todas sus vivencias desde sus primeros recuerdos hasta su concierto en la Super Bowl de 2007, considerada desde entonces como la mejor actuación sucedida en el mayor acontecimiento deportivo de EEUU.
Autor de 39 discos de estudio, cuatro de ellos publicados en el último año y medio, Prince está considerado como uno de los principales renovadores de la música popular contemporánea.
Heredero de la tradición musical negra a través de su padre (Prince
Rogers, pianista de jazz y coautor de algunos de sus canciones más
conocidas), Prince bebió de las fuentes del soul y del funk más alocado de George Clinton para producir una fórmula única que cristalizó en su tercer disco, Dirty Mind (1980), donde ya dejaba clara su ambición al componer todos los temas y tocar todos los instrumentos.
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Hipersexual, ambiguo, mestizo y siempre atento al espectáculo,
fue uno de los músicos que más y mejor combinó sus diferentes facetas
creativas sobre el escenario: guitarrista virtuoso, cantante
apabullante, bailarín notable y desconcertante diseñador de vestuario.
Su quinto disco, 1999, le catapultó a la fama gracias al tema que le daba título, una infecciosa mezcla de funk, disco y pop que reventó las pistas de baile. Tras aquel éxito se embarcó en un ambicioso proyecto, que acabaría materializándose en una película y un disco para la historia: Purple rain (1984), con himnos como Let's go crazy, When doves cry o la propia Purple rain, una balada inconmensurable de arrepentimiento y redención grabada en directo en Minneapolis.
Around the world in a day (1985) y Parade (1986) abrieron el camino para otro de sus discos emblemáticos, Sign o'the Times
(1987), en el que Prince daba rienda suelta a sus inquietudes sobre
problemas sociales, como el incesto o la opresión de los afroamericanos
en EEUU. Rivalizando con Michael Jackson en lo de ser la estrella más importante de los 80, acabó la década con Lovesexy (en la que aparecía Alphabet St.) y la banda sonora de la primera película de Batman, dirigida por Tim Burton.
Sin
embargo, su carrera dio un vuelco en la siguiente década, debido a su
situación dentro de la industria discográfica, en la que pasó de ser una máquina de hacer dinero (llegó a ocupar una vicepresidencia en su casa de discos, Warner) a convertirse en un rebelde que aparecía con la palabra "esclavo" escrita con su barba y sustituía su nombre por un signo andrógino (el Lovesign) para evitar publicar material como Prince.
Su liberación en
1996 abrió una época de hiperproductividad en la que, liberado de sus
ataduras contractuales, ejerció como pequeño dictador de sí mismo,
alternando la experimentación en torno a su personal fórmula de funk-rock-pop con grandes acontecimientos en directo, como sus 21 nights in London, con las que llenó el O2 Arena de Londres.
Alejado de los focos y de las rutinas del show business, Prince se había convertido últimamente en un personaje imprevisible que tan pronto podía ofrecer una actuación por sorpresa para sus fans como prohibir cualquier reproducción de su música y sus vídeos en las plataformas de streaming (Youtube, Spotify), labor en la que él y su equipo se emplearon a fondo.
Prince
muere sin que sus fans españoles se hayan podido despedir de él,
después de una ausencia de casi 20 años de los escenarios españoles. Su última gira por nuestro país fue en 1998, cuando actuó en Marbella, Zaragoza, Barcelona y Madrid. El pasado otoño se anunció por sorpresa la gira Prince Spotlight, Piano & Microphone, en la que la estrella interpretaría, él solo al piano, sus canciones. El Gran Teatro del Liceo de Barcelona iba a acoger la única parada española, el 13 de diciembre. Sin embargo, tras el atentando yihadista contra la sala Bataclan, el músico canceló estas actuaciones europeas. (Fuente: El Mundo).
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