1864 narra la Guerra de los Ducados, un cruento conflicto militar en el que Dinamarca luchó contra la Confederación Alemana (Prusia y Austria). Una guerra que duró casi nueve meses y que obligó a Dinamarca a ceder el control del ducado de Schleswig que quedaría anexionado al de Holstein. 61.000 soldados alemanes contra 38.000 daneses, un enfrentamiento cruento que sólo en el ejército danés se cobró la vida de más de 1.500 personas. La batalla más sangrienta de la historia de Dinamarca que en 1864 comparte protagonismo con la vida personal de dos hermanos llamados al frente. Una lección visual de historia europea que no defrauda.
Pese a que el espectador ya ha visto de todo en las numerosas películas y series sobre conflictos bélicos, 1864 consigue que al espectador se le encoja el corazón con escenas realmente duras. A partir del cuarto capítulo, momento en el que la Guerra de los Ducados
estalla, la serie adopta una narración tan realista que hay momentos en
los que el espectador se revuelve en el sofá inquieto por lo que está viendo. Una
representación que por muy atroz que parezca seguro se queda lejos de la
verdadera crueldad de un conflicto. 1864 se sitúa entre las mejores series europeas de conflictos bélicos.
Si hay algo que hace que esta serie sea diferente es que no sólo cuenta lo que sucede en el campo de batalla, muestra cómo un
conflicto bélico se vive y se ve desde las todas las clases sociales. La
serie muestra la vida de los dos hermanos de familia pobre que acabarán yendo al frente, los movimientos de la élite cultural desde sus cómodos sillones o a los políticos
tomando decisiones como quien juega al Risk. A esto le añade una línea
narrativa presente que demuestra cómo toda esa sangre derramada años
atrás hoy es sólo un recuerdo literario que llena vitrinas de museos.
1864 tiene el sello de calidad nórdica, una serie técnicamente impecable,
con un guión milimétrico como pocos y con unos personajes perfectamente
construidos. Una perfección típica de las
series nórdicas en las que nada se descuelga de la trama en ningún
momento y cada plano y giro narrativo responde a un
todo perfectamente pensado y construido. Una de esas series para
disfrutar plano a plano y capaz de sorprender en cada episodio.
Escrita y dirigida por Ole Bornedal en 2014, está inspirada en la novela de Tom Buk-Swientys Slagtebænk Dybbøl. La serie es la producción de televisión más cara de la historia de Dinamarca con un presupuesto de 173 millones de coronas.
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