Finding Vivian Maier (Buscando a Vivian Maier) es un documental del año 2013 sobre la fotógrafa Vivian Maier. Escrita, dirigida y producida por John Maloof y Charlie Siskel, aborda el legado fotográfico de Maier, una actividad desconocida durante su vida. La película documenta como Maloof descubrió su trabajo y, después de su muerte, conocieron su vida como una niñera y fotógrafa en Chicago a través de entrevistas con personas que la conocieron.
La película tuvo su estreno mundial en el Festival Internacional de Cine de Toronto el 9 de septiembre de 2013. Se estrenó en los cines, y fué lanzada en DVD en noviembre de 2014. Ganó varios premios, y fué nominada para el Premio de la Academia a la mejor película documental.
No es difícil imaginarla. Alta, morena, pelo corto y vestido largo, un poco arrugado,
seguramente demasiado viejo. Con una Roiflex colgada alrededor del cuello, siempre.
Distante, enigmática y misteriosa, así nos la describen hoy. Pero ¿quién es Vivian Maier? Lo cierto es que poco se sabe de esta mujer, excepto lo que nos dejan ver sus
fotografías: señoras elegantes, parejas felices, niños en la playa, una mujer y su bebé...
su propia sombra. Autorretratos frente a espejos, cristales, reflejos en un vagón de tren...
Experimentos y encuadres que, en la mayoría de los casos, no llegó a ver nunca.
Vivian Maier, norteamericana de ascendencia francesa y austrohúngara, dividió su vida entre
Europa y los Estados Unidos, regresando a Nueva York en 1951. En 1956 finalmente se instaló
en Chicago, donde trabajó como niñera durante más de cuarenta años. Pero nunca dejó
de fotografiar. Llegó a acumular más de 2.000 rollos de película, 3.000 fotografías
impresas y más de 100.000 negativos. Fueron los tres niños a los cuidó en los
50 quienes la ayudaron en sus últimos tiempos. Y en esa época, sin que ellos los supieran,
uno de sus armarios se vendió en una casa de subastas de objetos de segunda
mano. Lo hizo para saldar deudas y contenía cientos de películas sin revelar.
Fotografías de toda una vida, miles de retratos a gente de la calle. John Maloof era el
comprador.
“Ni siquiera estaba presente en la subasta”, nos dice Anne Morin, la comisaria de la
exposición, “realizó la puja por teléfono y la ganó”. Periodista, escritor y blogero, preparaba
un libro sobre los barrios de Chicago y buscaba fotos antiguas para ilustrarlo. Las descartó
para esa publicación y volvieron a un armario. Pero al poco tiempo empezó a estudiarlas, a
revelarlas, a mirarlas con otros ojos y se dio cuenta de que ahí había algo más que simples
instantáneas de Chicago y Nueva York. "En estas fotos la libertad es lo que más llama la atención -
dice-. Las hacía a ciegas, sin saber cómo iba a influir en ellas la luz o la sombra. Es increíble la libertad que se otorgaba a sí misma”.
Tras meses de
búsqueda, John Maloof encontró por fin el nombre de Vivian Maier en
internet. Era su obituario. Había muerto ese 2009, tan sólo tres días
antes. Pero a raíz de aquello empezó una ardua
investigación que ha llegado hasta hoy. Reveló fotografías, las
películas grabadas por la niñera
en super 8 y escuchó, seguramente una y mil veces, los audios que dejó.
Buscó a las familias
en las que trabajó y los niños, hoy adultos, que la ayudaron al final. Organizar y
custodiar ese legado que llegó a sus manos por casualidad, entre 100.000 y 150.000 negativos,
alrededor de 3.000 fotos impresas, cientos de rollos de película, ha sido su vida
desde entonces.
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