El hombre que hizo a los Beatles. La muerte de Brian Epstein sigue siendo un misterio. ¿Murió por sobredosis de drogas? ¿Se suicidó? ¿Fué asesinado?.
Brian Epstein está enterrado en el cementario judío de Liverpool, el manager, el hombre que
hizo a los Beatles. Como dijo el propio Paul McCartney, el auténtico
'quinto beatle'. El cuerpo de Brian está
enterrado en Aintree, en Long Lane, en una pobre sección, la A y es la
tumba H12. Es deprimente el lugar tétrico y pobre. Pero ahí están los restos del hombre que fue uno de los mejores arquitectos artísticos del siglo XX. Su lápida se encuentra en un lugar lúgrube, insoportable.
Se han cumplido ya 47 años de la muerte de Brian Epstein y nadie sabe
lo que ocurrió exactamente aquel sábado 26 de agosto del año 1967,
mientras que los Beatles estaban en Bangor, al norte de Gales, siguiendo
las meditaciones del Maharishi Mahesh Yogi.
Aparentemente, Brian Epstein estaba de buen humor por aquellos días, a
pesar de que su padre había muerto unas seis semanas antes. Brian había
estado con los Beatles por última vez cuando fue a verlos a los
estudios Chappell. Exactamente, el miércoles día 23 agosto. Paul
McCartney estaba grabando su canción 'Your mother should know',
precisamente la última canción que aparece en la película 'Magical
Mystery Tour'.
Brian sabía que los Beatles se iban de fín de semana a Gales, con el
Maharishi. George Harrison los había convencido a todos menos a él, tan
proclive sólo y estrictamente a las celebraciones ortodoxamente judías.
Así que organizó un fín de semana alternativo. Le gustaba pasar días en una casa que tenía Warbleton,en Sussex,
a la que llamaba Kingsley Hill. Así que invitó a sus amigos más fieles.
Es decir, su asistente Peter Brown y a Geopffrey Ellis, su principal
ejecutivo de su organización NEMS. Brian había 'alquilado' a unos cuatro
'boys'. Se puso nervioso al ver que no llegaban en aquella tarde tan
larga. Así que se enfadó, tomó su maravilloso Bentley descapotable y
regresó a Londres. Curiosamente, los cuatro chicos alquilados se
presentaron en Kingsley Hill pocos minutos después de que se hubiera
marchado.
Su amigo Peter Brown le llamó al día siguiente a su casa de Chapel
Street, su mansión en Belgravia, donde los Beatles habían presentado el
'Sgt. Peppers'. Según la versión de Brown, a Brian se le escuchaba como
drogado. Trató de convencerle para que regresara a la casa de campo,
pero Epstein le contestó que prefería comer algo, leer su correo y ver
el programa de nuevos talentos 'Juke Box Jury' en televisión.
Brian tenía a una pareja española como criados. Antonio y María. Los
dos hablaban mal inglés, pero al mediodía del domingo día 27 de agosto,
al insistir y tocar en la puerta del dormitorio de Brian y no encontrar
respuesta, se pusieron muy nerviosos. Sabían que Brian había llegado el
viernes por la tarde, pero el sábado no tuvieron ni una sóla noticia del
manager de los Beatles. Llamaron entonces a Peter Brown y al doctor
John Galway. Cuando derribaron la puerta encontraron muerto al "quinto beatle".
Peter Brown limpió toda la casa de sustancias perversas, para que
cuando llegara la policía no encontraran restos de droga o alguna
pastilla incriminatoria. Como resultado de la encuesta de la polícia, el
investigador dictaminó que la muerte de Brian Epstein se había
producido por haber ingerido seis pastillas de Carbitral, un fuerte
barbitúrico, insuficiente para haberle provocado su deceso, pero
mezclado con grandes dosis de alcohol, fue más que suficiente para
provocarle la muerte. Peter Brown, en un libro sobre Epstein que publicó
tiempo después, aseguró que había encontrado una nota de suicidio, en
la que Brian decía que su vida le había desbordado mentalmente. Luego, desmintió que fuese la nota de suicido del día de su muerte, que habría sido otra que escribió antes.
La vida de Brian
¿Por qué Brian Epstein estaba sobrepasado mentalmente? Decisivamente,
porque su contrato con los Beatles finalizaba en el mes de septiembre.
Como "los chicos" no renovaran, Brian Epstein no sabría qué hacer con su
vida. Paul McCartney, tan roñoso como siempre, no era partidario de seguir con Epstein.
En parte, tenía razón. Epstein se había dejado devorar por Dick James,
un tiburón de las editoriales musicales, permitiendo que se hiciera con
el 40% de los derechos de las canciones de Lennon y McCartney,
simplemente, por no hacer nada. Los Beatles, además, cobraban una
miseria en royalties
por parte de la EMI, por culpa de los malos
contratos de Brian. Incluso había cedido los derechos de marketing y
mercadotecnia a un negociante de los Estados Unidos por un pequeño y
pobre puñado de dólares.
En enero, el australiano Robert Stigwood, que lo quería comprar todo
en música y llevaba los negocios de Eric Clapton y los Bee Gees, había
querido entrar también en el negocio de los Beatles. Puso medio millón de
libras esterlinas, que se quedó Brian y ya estaba dentro de las
organización NEMS de Epstein.
Pero no era tan sólo la parte económica. Brian estaba sumergido en una depresión constante, abusaba excesivamente de las anfetaminas
y perdía inmensas cantidades de dinero en el juego, en su favorito, en
el 'chemin de fer', en el Casino o Club Clermont, donde jugaban los
famosos hermanos Kray, reyes de la mafia inglesa en aquellos días. Por
eso, para Brown pesaba la posibilidad de que los Kray le asesinaran por
deudas de juego.
Además, Brian se había envuelto en algunos escándalos por su arriesgada vida homosexual,
incluso con gente del hampa o chulos de chicos jóvenes. Un par de
veces corrió el peligro de caer en manos de la policía, porque la
homosexualidad en Inglaterra, en el mes de agosto de 1967 estaba todavía
castigada con la cárcel. Con toda ironía, un mes más tarde de su
muerte, la ley quedaba prescrita.
Autodestrucción
Francamente, Brian estaba destruyéndose a sí mismo, en aquel verano
del amor del año 1967, en plena gloria de los Beatles con el 'Sgt.
Peppers'. El problema aún se agigantaba más, porque sin giras de los
Beatles, ¿qué le quedaba por hacer como manager? Incluso sabía que Paul
McCartney le había dicho a su entorno que Brian era pobre hombre de
negocios, que se había dejado engañar por las rapaces del negocio
musical. Era John Lennon quien a veces también le trataba brutalmente.
Le insultaba con frases como "cerdo judío" o "maricón de mierda". John
Lennon era my agresivo con Brian. Se portaba con él como un anti semita y
homófobo radical. Quizá porque Brian abusara sexualmente de John
durante aquellas misteriosas vacaciones en Barcelona, en el año 1963,
cuando Lennon todavía era tierno en la fama. Marianne Faithfull aseguró
en el libro de Debbie Geller, que Brian se acostó con John. Esa
extraña relación se convirtió en 1991 en una extraña película 'indie'
llamada 'The Hours and the Times' . No hace mucho la he vuelto a ver.
Hay una escena morbosa con Brian y John en la bañera y otra, con los dos
en la cama. Nadie se querelló por la película. Ni siquiera Yoko Ono.
Fue el mismo John que dijo que sólo un par de años más tarde, los
Beatles, simplemente, colapsaron tras la muerte de Brian. Aunque también
le llamó mal negociante, más teatral, más artista, que administrador.
Al final, Brian Epstein se hartó de luchar contra la hegemonía de
Paul McCartney, que se sentía el nuevo 'rey midas' del grupo. Al final
de su extinción, los Beatles fueron crueles, devastadores e injustos con su manager,
su guía, su orientador celestial. Muy irrespetuosos con el hombre que
construyó a los Beatles, les vistió, les adecentó, les hizo ser
artistas, tanto como él. Fue el perfecto Pigmalion en la historia de la
música. El artista que, quizá por su homosexualidad, vio antes que nadie
la brutal atracción sexual de los Beatles, una salvaje fuerza de
persuasión. Por eso, fue el 'quinto beatle', el príncipe 'gay' del pop. (Fuente: Las aventuras de J.R. - El Mundo).
Me temo que te han plagiado parte de tu texto (la que habla de la presunta relación homosexual entre John y Brian) en un artículo de hoy de la Sección de "Cultural" de "El Mundo":
ResponderEliminarhttp://www.elmundo.es/cultura/2015/04/16/552e7986268e3ed9628b456f.html
A no ser que seas la misma persona (Julián Ruiz) que firma el artículo.