El octavo disco de Pink Floyd,
grabado en los estudios Abbey Road de Londres, tardó más de ocho meses
en ser producido, un tiempo extremadamente largo para la época. Este
trabajo fué lanzado en enero de 1973 en una sesión especial de escucha
en el planetario de Londres. Dark side of the moon alcanzó el
primer puesto de las listas norteamericanas, permaneciendo en ellas más
de 15 años, un record absoluto en la historia de la música.
Expertos
y fanáticos coinciden, en términos generales, en que Dark side of the
moon es la obra maestra de Pink Floyd, el momento cumbre del rock
progresivo, y uno de los álbumes más logrados en términos artísticos y
de producción. Este disco
es la culminación de los viajes internos del cuarteto londinense y la
consolidación de Roger Waters como lider creativo de la banda. Sin ser
el primer álbum conceptual de la historia, marca un punto y aparte en la
narrativa de discos anteriores. Sus letras no son fantásticas ni
poéticas: hablan, en términos llanos, de la soledad, la prisa, el
aislamiento, la muerte, la avaricia y la locura de la vida moderna que,
deste aquella lejana década de los 70, ya se vislumbraba.
Con una portada a cargo de Hipgnosis, colaboradores habituales y por siempre ligados a
las imágenes imposibles de los Floyd, (de la que se creía que el prisma
de la portada estaba basado en las Pirámides de Guiza de
Egipto) representa tres elementos: la iluminación en los conciertos de
la banda, las letras del álbum y el deseo de Richard Wright de ver una
portada más sencilla y pulcra que las que aparecían en sus trabajos
anteriores.
Musicalmente
mezcla, de la forma más hábil vista hasta entonces, elementos clásicos
con la vanguardia técnica y compositiva más avanzada del momento. Alan
Parsons, que fué el ingeniero de sonido, jugó en ello un papel
fundamental. Los elementos típicos del rock se mezclaron con
sintetizadores analógicos, efectos revolucionarios, reverberaciones, el
piano de Richard Wright grabado del revés, ruidos de todo tipo
incorporados a las pistas, fragmentos de gente hablando, cajas
registradoras, tipos corriendo por el estudio, interpretaciones vocales
no verbales etc. Una complejidad fuera de lo normal en 1973. Entre todos
lograron que The Dark Side Of The Moon no fuese un disco de rock, ni de
pop, ni de blues, ni de jazz, ni de soul, ni de rock progresivo,
hard-rock o space-rock, y sin embargo lo fuese todo a la vez.
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