Pasó a la historia por ser el músico encargado de abrir el mítico
festival de Woodstock en 1969, aunque algunos también le recordaremos por
sus sentidas interpretaciones de canciones de Bob Dylan o The Beatles, y, sin embargo, Richie Havens,
fallecido por un ataque al corazón a los 72 años el lunes en su casa de
Jersey City, era más que todo eso. Era un artista de talla única, de
verdadera raza folk que
iluminó la música norteamericana en los sesenta.
Músico hecho a sí mismo, sin apenas técnica con la guitarra, se curtió
en los clubs nocturnos mientras, pasando la cesta para conseguir unos
dólares en garitos como Why Not?, tocaba 14 veces por noche en
actuaciones de 20 minutos. Su condición de negro y su origen humilde definieron su conciencia social y su estilo folk.
Havens publicó 29 álbumes, algunos de ellos recopilatorios, que figuraron en la
famosa lista Billboard 200, incluyendo uno que estuvo en el top 40:
"Alarm Clock", de 1971, que llegó a alcanzar el número 29. Además de
Woodstock, Havens tocó en los festivales más legendarios que
existieron, así como en los mejores lugares de conciertos, incluyendo The Isle of Wight, Glastonbury, el Royal Albert Hall y el Carnegie
Hall.
Su imagen quedará permanentemente ligada a su memorable actuación en el festival de Woodstock con su intensa interpretación del clásico "Freedom".
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