jueves, 22 de septiembre de 2022

Documentales (La realidad en imágenes) 

Lynyrd Skynyrd, la tragedia del rock sureño (al que llaman reaccionario)
. La desgracia golpeó a los Lynyrd Skynyrd, grupo imprescindible del llamado rock sureño, cuando acabaron llenando los estadios. El 22 de octubre de 1977, el avión del grupo se estrelló en Gillsburg, Mississippi. El cantante y líder Ronnie Van Zant, los hermanos Steve Gaines (guitarrista) y Cassie Gaines (coros), el manager Dean Kilpatrick y ambos pilotos murieron. 
Fue la devastación de este referente del rock con raíces, que vinculó al país y que unió muchas guitarras, tres, que se ensanchó en largos solos. Y que hizo cosas que hoy veríamos muy mal, como jugar con una enorme bandera confederada detrás del escenario. Fue su emblema durante un tiempo, decían que lo inventaron los estrategas de la marketing desconociendo sus connotaciones racistas. Su audiencia era mayoritariamente blanca, como ellos. 
El destino trágico se mastica a lo largo del documental Lynyrd Skynyrd: Si me voy mañana, de Stephen Kijak (en Filmin). Enfoca muy bien a Ronnie Van Zant, un tipo carismático que, se dice, sintió que moriría joven. Los Lynyrd Skynyrds (el nombre proviene de las burlas del profesor de gimnasia Leonard Skinner, del instituto en Jacksonville, Florida, donde estudiaron algunos de ellos) ejercieron tal orgullo sureño que escribieron el himno Dulce hogar Alabama en respuesta a la letra de Neil Young (Alabama, hombre del sur) quien criticó el racismo y el conservadurismo del sur americano. Vieron al cantautor canadiense como un ejemplo del sesgo antisureño que abunda entre los norteños. Aunque también dicen que lo admiraban (Van Zant fue fotografiado con la camisa puesta), esa pala comenzó como una broma más que nada. Young estuvo en un concierto tributo a la banda después del accidente y actuó en la ocasión. Dulce hogar Alabama, quien lo cita así: “Espero que Neil Young recuerde que un hombre sureño no lo necesita”. 
El afán del documentalista por desmentir una visión sesgada por los ojos actuales de la banda que dejó obras maestras como pájaro libre Eso es se acabó el martes. Intente desmontar su búfer de iconos del campesinos sureños, como se describe con desdén a esos trabajadores rurales, blancos, masculinos, reaccionarios, que pueblan el sur americano: muestra a un Van Zant que, en declaraciones públicas, rechazó las armas, la violencia y el racismo; también es cierto que en algunas de sus palabras domina la ambigüedad sobre estas cuestiones. Para ello se recuperan antiguas entrevistas, y se incluye la historia del guitarrista Gary Rossington, único miembro original que queda en la banda (reconstituida en 1990 y hasta hoy con la voz del hermano de Van Zant, mejor llamarla banda tributo). 
Rossington dice que nunca olvidará la serenidad con la que sus compañeros pasaron sus últimos minutos en ese avión a la deriva. Sin caos ni pánico. Sabían que era el final. Tal vez no serían recordados tanto. (Fuente: EL PAIS).
 

No hay comentarios:

Publicar un comentario