martes, 9 de marzo de 2021

Música y Cine (La cara oculta) 

Tras   ser  expulsado de  Black Sabbath por sus excesos, Ozzy empezó la década de los ochenta con la firme intención de triunfar como solista. Con buena predisposición se presentó a una reunión en la CBS para hablar de su primer disco en solitario, Blizzard of Ozz (1980). Ante el tedio mostrado por los ejecutivos, decidió dar un salvaje golpe de efecto mordiendo a una paloma, arrancándole la cabeza y lanzándola sobre la mesa ante el estupor generalizado. Fue expulsado rápidamente del edificio, pero la maniobra surtió efecto y el rockero terminaría vendiendo un millón de ejemplares de su debut. 
Eso lo hizo a propósito, aunque convenientemente enajenado por el alcohol, según él mismo relata en sus memorias. Lo que no hizo aposta fue morder la cabeza de un murciélago durante un concierto en Desmoines en 1982, tal y como rememora él mismo: "Del público salió un murciélago y pensé: 'Un juguete'. Así que lo levanté ante los focos y enseñé los dientes. El público se volvió loco y entonces hice lo que siempre hacía con los juguetes de goma sobre el escenario. Lo mordí. De inmediato sentí que algo iba muy mal. La boca se me llenó de un líquido pegajoso y cálido con el peor regusto que os podáis imaginar. Noté que me manchaba los dientes y me corría por la barbilla. Y luego la cabeza se movió dentro de la boca". Tras ser trasladado en silla de ruedas a las emergencias del hospital más cercano, Ozzy tuvo que acostumbrarse al dolor de las inyecciones antirrábicas durante todo el resto de aquel tour. (Fuente: El País).
 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario