lunes, 15 de febrero de 2021

 Música y Cine (La cara oculta) 

Metallica nació en 1981 con la unión del tímido y rabioso James Hetfield y el extrovertido y ambicioso Lars Ulrich. Dos caracteres no ya diferentes, sino directamente opuestos que, precisamente por eso, encajaron inesperadamente rápido convirtiéndose en cemento macizo. Pero esto no evitó que llegaran a las manos en uno de sus primeros conciertos, celebrado el 2 de agosto de 1982 en el legendario Troubadour de West Hollywood. Mal lugar para enfurruñarse, más aún teniendo en cuenta que fue por un detalle revelador que ya plasmaba la personalidad de ambos, por aquel entonces aún secundados por el también guitarrista Dave Mustaine y el bajista Ron McGovney.
Aquella velada fue la primera vez que el público, entusiasmado, les pedía un bis. El problema fue que no tenían nada preparado y tuvieron que tirar de democracia en el camerino, con tres cuartas partes votando por Blitzkrieg, versión del grupo del mismo nombre, y el batería apostando por Helpless, de sus adorados Diamond Head. Haciendo gala de una temprana actitud dictatorial y arrogante que terminaría siendo célebre, Ulrich empezó a darle caña a Helpless justo cuando Hetfield se acercaba al micrófono para empezar con Blitzkrieg. El desastre se maquilló a duras penas sobre la marcha con el cantante entre avergonzado y furioso, tal y como se relata en la biografía del grupo escrita por Paul Brannigan y Ian Winwood: "Al terminar la canción, Hetfield se volvió hacia la parte de atrás del escenario, le arrojó la guitarra a Ulrich y le propinó al batería un derechazo en el estómago. '¡Gilipollas! No vuelvas a hacer eso en la vida'. Y Ulrich no volvió a imponer su voluntad... al menos no tan descaradamente". (Fuente: El País).

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