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Hoy se podrá comprobar en qué invirtió su tiempo y creatividad Paul
McCartney durante el confinamiento. O eso dice él a la hora de explicar
cuándo y cómo dio forma a McCartney III (Universal), el álbum que hoy ve la luz con material propio original e inédito.
El que hace el número 18 de su discografía en solitario, es el tercer y
último capitulo de una trilogía que arrancó en 1970, es decir, hace
medio siglo. Un álbum en el que ha invertido más de dos meses de intenso
trabajo en su casa de Sussex durante esta pandemia, y en donde se ha
desdoblado como compositor, productor, arreglista, instrumentista y
cantante. El resultado, once canciones que reflejan el amplio espectro
musical que bulle en ex beatle, aunque sus álbumes no siempre lo
testimonien, sobre todo los últimos.
El propio músico ha explicado la génesis y materialización del proyecto.
“Tenía cosas en las que trabajé a lo largo de los años, pero el tiempo
pasó y las dejé a medias, de manera que he retomado aquello que tenía.
Se trataba de hacer música para uno mismo, en lugar de hacer música como
un trabajo (...) Nunca pensé que todo esto pudiera acabar en un álbum”.
McCartney III aparece dos años después de su anterior Egypt Radio.
La trilogía arrancó después de la separación de los Beatles. En aquel
1970, McCartney se refugió/aisló con su esposa Linda y sus hijos en una
granja de Escocia para grabar la primera entrega del conjunto ahora
finalizado. Un McCartney hecho integramente por él y que le
descubrió como eficaz multiinstrumentista y brillante compositor. Fue un
gran éxito de ventas. Diez años después salió McCartney II, un disco donde introdujo algo de experimentación e instrumentación electrónica, con perlas como Coming up.
Frente a piezas de inferior tono como un Pretty boys que muestra al McCartney de las últimas entregas, hay otras ambiciosas como un Deep deep feeling bastante experimental. O la retumbante Slidin’, con guitarra implacable y pesada que rememora sonoridades a lo Deep Purple.
Y hay espacio para lo bucólico como Winter bird/When winter comes
, que de hecho es un inédito grabado en 1992 y coproducido por George
Martin, y cuya letra hace referencia a una situación personal
extrapolable a la situación actual provocada por el coronavirus. (Fuente: La Vanguardia).
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