Música y Cine (La cara oculta)
A pesar de su espíritu festivo y hedonista, no se recuerda a Freddie Mercury cantando especialmente perjudicado. Sin embargo, el 13 de abril de 1985 perdió los papeles en Auckland (Nueva Zelanda) al aliarse con Tom Hadley, de Spandau Ballet, quien lo recuerda así en la biografía del líder de Queen escrita por Lesley-Ann Jones: "Me dejé caer por la prueba de sonido y Freddie y yo volvimos juntos al hotel y tomamos una copa en un bar. A eso siguió una botella de vodka. Luego una de Oporto gran reserva en su habitación. Con una buena cogorza, me dijo que tenía que salir esa noche a cantar Jailhouse Rock. Entonces caí en la cuenta y le dije: 'No tengo ni puta idea de la letra'. A lo que él respondió: '¡No importa, yo tampoco tengo ni puta idea!.
El desastre estuvo realmente cerca, pues la melopea llegó a un punto de (casi) no retorno en el que Freddie era incapaz de vestirse solo. Con ayuda de varios asistentes consiguió llegar al escenario justo a tiempo, aunque el teclista Spike Edney relata así la escena: "Improvisaba, se inventaba cosas, cantaba cosas absurdas y así estuvo la primera media hora del concierto. Llegados a la mitad se serenó un poco y todo fue sorprendentemente bien". Por puro instinto, Mercury salvó una situación que casi encalla dramáticamente cuando Hadley se equivocó y empezó a cantar Tutti Frutti en lugar de Jailhouse Rock. "Brian May estaba en plan 'que demonios es esto?'. Pero los demás simplemente se partían de risa", recuerda el cantante de Spandau Ballet. Aunque suponemos que ha adornado la historia y en realidad no todos se reían ante la inminencia de la hecatombe delante de 45.000 fans. (Fuente: El País).
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