jueves, 3 de mayo de 2018

Películas (Una mirada diferente al cine) 

Amor (Amour), de Michael Haneke, es un drama silencioso. Una definición tan real que da miedo, da miedo ver tanta realidad y aterra saber que lo que se ve en la pantalla es real;  será real. Muy real. Es imposible no transformar las caras de Jean-Louis Trintignant y Emmanuelle Riva (Georges y Anne) en los ojos de una abuela moribunda, de un padre enfermo o de un amigo que no consiguió vencer a las horas. Estamos ante una película sin artificios, sin escurrir. Carne cruda.
Hacía tiempo que un film no destrozaba tanto por dentro. Tiene facilidad para revolver las entrañas y para recuperar de su álbum de fotos particular el blanco y negro de otros tiempos. ‘Amor’ es la muestra más cercana del amor. El amor entendido como pasión vivida y sufrimiento diario. El amor como la carga sobrehumana que nos empuja a hacer cualquier cosa –cualquiera– por la persona que nos da un «te quiero».
La película nos cuenta la historia de Georges y Anne, con ochenta años cumplidos, son dos profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija también se dedica a la música y vive en Londres con su marido británico. Un día, Anne sufre un infarto. Al volver del hospital, un lado de su cuerpo está paralizado. El amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. 
Esta cinta del año 2012 fué galardonada con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa, la palma de oro del festival de Cannes, 5 premios César, Globo de Oro, Premios del Cine Europeo y otras distinciones.
Paralizante y extraordinariamente emotiva, quizás la película mas honesta sobre la vejez que se haya hecho nunca, un drama que convertirá en cascotes todo tu edificio personal.

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