Bob Dylan y Martin Scorsese son dos personajes con el suficiente peso específico en solitario para mover masas.
No direction home es una obra mayor, de esas que todo
aficionado a la música o, por extensión, a la cultura popular deberá ver
obligatoriamente al menos una vez. Martin Scorsese ya había filmado la
música con una contundencia apabullante en 1977, cuando dirigió El último vals,
donde ya aparecía Dylan. Ahora, casi tres décadas después, el director
italoamericano más que filmar la música se ha zambullido dentro de ella,
se ha sumergido en sus más recónditos entresijos aportando algo de luz a
uno de los escándalos más sonoros y a la postre significativos de la
década de 1960. Un escándalo que modificó toda la música posterior: el
paso de Bob Dylan de las interpretaciones acústicas a las eléctricas o,
por decirlo de otra forma, del folk de raíces tradicionales al
rock de grandes espacios, demostrando, y eso fue lo más importante, que
en el fondo eran o podían ser la misma cosa.
Scorsese centra su película en los cinco años que separan la irrupción
de Dylan en los cafés del Greenwich Village neoyorquino y el mitificado
grito de "¡Judas!" que puntuó su interpretación de Like a Rolling Stone
en la gira de 1966 por Inglaterra. Dylan se ha prestado al juego
recordando sin tapujos y sin falsa modestia todo lo que ocurrió. Y
Scorsese ha redondeado esas declaraciones con las de otros protagonistas
como Joan Báez, Pete Seeger, Harold Leventhal, Allen Ginsberg, Al
Kooper, Izzy Young, Dave Van Ronk y Suze Rotolo.
No direction home no es un filme pensado para la gran pantalla,
pero verlo en ella magnifica sus virtudes. El documental de Scorsese se
estrenó en la cadena
norteamericana PBS y posteriormente fue emitido en el Reino Unido por la
BBC 2.
En el décimo aniversario de su estreno, se estrenó una edición de lujo
con extras de la película. Deluxe
10th Anniversary Edition contiene dos horas de material y entrevistas
inéditos. También incluye tres litografías y una revista que reproduce
fotografías y entrevistas de los años sesenta.
Este documental crea un retrato profundo y electrizante de uno de los grandes mitos vivientes de la música y, con todo, deja finalmente al protagonísta envuelto en el misterio, que es donde él verdaderamente vive.
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