El árbol de la vida (2011) (The tree of life) del director estadounidense Terrence Malick es una de esas película que difícilmente deja indiferente. Las imágenes
en su estreno de personas abandonando la sala de proyección crearon
rápidamente un eco sobre esta película que fue recibida como la obra de
un genio, y también como un fraude pretencioso. No obstante fue premiada con la Palma de Oro del Festival de Cannes del 2011 y fue
nominada al Oscar a la mejor película, mejor director y mejor fotografía.
La película sigue el viaje de la vida del hijo mayor de una familia de
clase media de los años 50, Jack, desde la inocencia de su infancia
hasta la desilusión de sus años como adulto mientras trata de
reconciliar la complicada relación que tiene con su padre.
Jack se ve una alma
perdida en un mundo moderno, buscando respuestas a los orígenes y al
sentido de la vida mientras se cuestiona la existencia de la fe.
Esta es verdaderamente una obra en la que todas las piezas son importantes. Los actores adultos, Brad Pitt, Jessica Chastain, Sean Penn, y los niños, Hunter McCraken sobre todo, pero también Laramie Eppler están extraordinarios, aun siendo conscientes todos de que ninguno puede
autodenominarse protagonista principal. Ellos están al servicio de una
trama que les sobrepasa, y que pretende hablar nada más ni nada menos que del sentido de la existencia, de dónde venimos y adónde vamos.
Malick nos
entrega imágenes de gran belleza compuestas por magos de los efectos
visuales como Douglas Trumbell y Dan Glass, con el director de
fotografía Emmanuel Lubezki, para mostrarnos un mundo primigenio en el que nada ocurre por casualidad. O la estudiada banda
sonora de la película, donde aparte de la música original de Alexander
Desplat hay una selección exquisita de temas maravillosos de Mahler,
Berlioz, Brahms, Schumann, Bach, Mozart, Jovanovic, Preisner...
Esta es una película difícil, una verdadera curiosidad en el mundo del cine, capaz de sorprender, emocionar o lamentablemente, para desprevenidos, desconcertar y aburrir. Es una película que no deja a nadie indiferente.
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