domingo, 23 de julio de 2017


Películas (Una mirada diferente al cine) 

La isla (Seom) (2000) es una historia de amor. Un romance parco en palabras pero desgarrado y brutal en las imágenes y las reacciones de sus protagonistas, unos seres marginales que componen un voluntario reflejo del propio director. Así, una mujer muda que regenta un remoto complejo de casas flotantes en un lago, proveedora absoluta de todas las necesidades para sus huéspedes -desde el acceso a tierra firme hasta el alimento y el sexo-, cruza su camino con un hombre que huye de un amor traicionado con un homicidio como respuesta.
La casi inexistencia de diálogo, una de las características de su director Kim Ki-duk y las tomas largas y el ritmo desafiantemente parsimonioso que tratan de aparentar un hipnotismo y una poesía que se entremezcla con estallidos de crueldad física feroz bordeando lo gratuitamente aberrante en muchas ocasiones.
Otro de los puntos fuertes del filme es la elección de Jung Suh para el papel protagonista. Una actriz que consigue transmitir con vehemencia todos sus estados de ánimo sin mencionar una sola palabra durante todo el metraje. 
La película ha ganado notoriedad por sus escenas que provocaron que algunos espectadores vomitaran o se desmayaran cuando la película se estrenó en el Festival de Cine de Venecia donde estuvo nominada al León de Oro y obtuvo un Premio Mención Especial.
La isla se convierte en una película perturbadora y a la vez atractiva, gracias a la cual se puede sentir tanto alegría como tristeza, o repulsión e incluso rabia  


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