"Es lo más cercano a la perfección que se ha dado en la televisión", dice un
espectador. "Es, simplemente, la mejor serie del momento", apunta un
crítico. "Una obra maestra comparada a Los Soprano o Breaking bad", señala otro. Los tres hablan de la misma serie, Rectify, que ha conseguido algo inaudito: que los críticos (todos) le concedan una puntuación de 10 sobre 10. La cuarta temporada de Rectify, compuesta por ocho episodios y recién estrenada en los Estados Unidos, será la última entrega de la serie.
Rectify trata de manera excepcional lo
que viene después de la cárcel para los exconvictos, para sus familias y
para toda una comunidad. Es un meticuloso
trabajo de reconstrucción, con un sentido visual maravilloso.
Al margen de su impecable calidad audiovisual, la trama de Rectify
atrapa desde el primer momento. Daniel Holden, un hombre joven y
atractivo, ha pasado los últimos 20 años en el corredor de la muerte a
la espera de ser ejecutado por ser considerado culpable de haber violado
y asesinado a su novia cuando él tenía 18 años y ella 16. Pero la
aparición de una nueva prueba de ADN echa por tierra cualquier evidencia
anterior.
Después de dos décadas preparándose para una muerte segura, y tras haberla
sorteado en cinco ocasiones mediante apelaciones, es puesto en libertad.
Ni él ni su familia saben cómo gestionar esta segunda oportunidad. Sin
más pruebas que le inculpen directamente, la ley se ve obligada a
exonerarle, pero la sociedad y, sobre todo, la pequeña localidad en la
que vivía antes de entrar en la cárcel no terminan de confiar en él.
El protagonista está interpretado por Aden Young. El actor, a pesar de haber participado en una decena de películas (Asesinos de élite; Yo, Frankestein o El último bailarín de Mao), no había protagonizado ningún éxito hasta la fecha. Por su parte, Ray Mckinnon, creador y productor de Rectify, también ha trabajado como actor en varias películas como Mud, O brother! o Paseando a Miss Daisy, y ha aparecido en la serie Sons of anarchy. La selección musical de Rectify está tan cuidada como cada uno
de sus planos. Artistas auténticos de la talla de Johnny Cash e ídolos indies como Bon Iver o Sharon Van Etten visten los capítulos de la serie mejor valorada por la crítica.
Uno de los puntos clave de Rectify es precisamente que, a pesar de
que la supuesta inocencia del protagonista es el pilar fundamental de la
serie, llega un momento en el que el espectador olvida seguir
preguntándose si Daniel cometió, o no, las atrocidades que le llevaron a
pasar más de la mitad de su vida encarcelado. El mundo creado por Ray
McKinnon absorbe desde el principio a un público que deja de cavilar
para adentrarse sin prejuicios en el renacer del protagonista.
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