Uno de los momentos épicos del disco The dark side of the moon de Pink Floyd es cuando aparece en escena el piano de Richard Wright para dar inicio a su obra maestra: The Great Gig in the Sky.
La historia de esta canción empieza en Junio del año 1972 en los famosos estudios Abbey Road,
cuando el teclista de la banda ensayaba una delicada pieza de piano
que había escrito en sus ratos libres. La idea era enseñársela al resto
de la banda con el fin de buscar alguna idea en conjunto para llevarla
al disco que estaban preparando.
La banda empezó a trabajar esta canción y ante cada versión nueva
iban cambiándole el título a la canción. Finalmente, Wright decidió volver a retocar algunos acordes y
le dio cierto significado a cada pasaje. La idea del teclista era
hacer una canción sobre la vida y su lento camino hacia la muerte
mediante los cambios de ritmos.
Una vez que tenían la canción hecha en su totalidad, Wright
decidió poner una parte vocal, pero esta tenía que ser femenina, para
darle un detalle especial a su creación. Para ello le pidió al productor Alan Parsons que hiciera
algunos arreglos a la canción y que contactara a alguna voz femenina de
su gusto personal.
La elegida fué una cantante inglesa llamada Clare Torry, quien ya había trabajado con Alan Parsons años atrás.
Clare llegó al estudio y fué recibida por la banda y el productor. Una vez que supo los detalles de la grabación, charló con los músicos y escuchó la melodía, la cantante pidió la letra de la canción para ensayarla y ahí vino su sorpresa: Tenía que improvisar.
"Se nos había olvidado decirle que la canción no tenía letra y que simplemente había que improvisar. Cuando empezamos a grabar ella sólo decía "Oh baby" y cosas por el estilo, por lo que tuvimos que parar y volver a empezar de nuevo. La idea era que sintiera la música, que le diera un toque verdadero a su interpretación" explicaba Parsons a la revista Rolling Stone en Marzo del 2003.
Clare llegó al estudio y fué recibida por la banda y el productor. Una vez que supo los detalles de la grabación, charló con los músicos y escuchó la melodía, la cantante pidió la letra de la canción para ensayarla y ahí vino su sorpresa: Tenía que improvisar.
"Se nos había olvidado decirle que la canción no tenía letra y que simplemente había que improvisar. Cuando empezamos a grabar ella sólo decía "Oh baby" y cosas por el estilo, por lo que tuvimos que parar y volver a empezar de nuevo. La idea era que sintiera la música, que le diera un toque verdadero a su interpretación" explicaba Parsons a la revista Rolling Stone en Marzo del 2003.
David Gilmour, guitarrista de la banda, quedó impactado con la interpretación vocal de Clare y en 1998 declaraba en una entrevista: "Quedé impactado cuando esta pequeña mujer blanca caminó al
micrófono y empezó a cantar de manera maravillosa. Si bien le costó
afinarse con el grupo, en todo ese proceso logró dar con ese sonido
orgásmico que conocemos hoy y amamos para siempre".
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