barrienblog

Música y Cine (La cara oculta) 

PETER ROWEN, EL NIÑO DE U2. La portada del primer álbum de U2 "Boy" tiene nombre y apellido: Peter Rowen, el niño protagonista e icono en la historia discográfica de U2.

Hoy, Peter Rowen, de 41 años, ya no es a quien le hacen fotos, sino quien las hace. Trabaja como fotógrafo profesional en Dublín desde hace muchos años y presume de una brillante carrera.

Cuando tenía 6 años conoció a una banda de su mismo barrio que trataba de conquistar el mercado musical: U2, que en 1980 se preparaba para lanzar su primer álbum, Boy. Para tal debut, decidieron impactar con una original carátula. Ahí aparecía un niño con el torso desnudo que simbolizaba la esencia del álbum.

Ese niño era Peter, quien no sólo fué rostro de este disco, sino también de War (1983) y de The Best of 1980-1990 (1998), además de singles como U2 Three (1979), I Will Follow (1980), Sunday Bloody Sunday (1983), Two Hearts Beat As One (1983) -llegando a participar en el videoclip de este último- o Sweetest Thing (1998).

“Fué idea de Bono que saliera en las carátulas. El creció en la casa de enfrente de nosotros, en Ballymun (Dublín) y era amigo (todavía lo es) de uno de mis hermanos mayores, Dero

A los 5 años me fotografiaron para el primer trabajo de U2, llamado U2-Three. A los 6, salí en Boy y a los 8 en War.
Ahora es él quien fotografía a U2. En 2001, fué contratado por The Irish Times para cubrir uno de los míticos conciertos en Slane. Después también los ha fotografiado en la gira 360 en varias ocasiones (Dublín, París, Roma…).

La polémica que rodeó a su foto

Su inocente fotografía fué considerada por un sector como un guiño a la pedofilia, de modo que Warner -distribuidora estadounidense de Island Records- y la banda tomaron la decisión de cambiar la portada por una instantánea de los cuatro integrantes de U2 en una postura más abstracta. Así querían evitar cualquier controversia, por ridícula que fuera, con la llegada del álbum a Estados Unidos coincidiendo con la gira americana de U2.

Finalmente toda esta polémica fué desvaneciéndose y hoy se recuerda como una anécdota que de cierta manera dio un pequeño empujón mediático a U2 en sus inicios, si bien no lo hubieran necesitado dadas las buenas críticas que cosechó ese primer álbum.