Baker Street (1978) es una de esas canciones que, en cuanto escuchas los
primeros segundos de su riff principal, con su inconfundible saxo,
piensas que ya la has escuchado antes.
Gerry Rafferty fué un cantautor escocés, con diversas influencias
musicales, que iban desde el folk hasta el rock, pasando por el blues.
Así que resulta curioso que una de sus canciones más pop fuera,
precisamente, la que mayor éxito cosechara, llegando a ser número dos en
las listas del Reino Unido, el mismo año de su lanzamiento.
Lo más característico y reconocible de este tema son sus partes de saxo alto, haciendo el papel tanto de riff principal, como de estribillo, pues Baker Street es una canción que sólo tiene estrofas, intercaladas por las partes de saxo, un solo de guitarra y una parte instrumental, donde el teclado es el protagonista.
Pero lo que quizá no tanta gente sabe es que la parte en que ahora está el saxo estaba pensada para otro instrumento, que no llegaron a hacer funcionar ni con guitarras ni con ningún otro instrumento solista. Entonces probaron con el saxo alto de Raphael Ravenscroft, saxofonista de sesión contratado para la ocasión, quien estaba ahí para grabar una discreta parte de saxo soprano (que se mantuvo también en la mezcla). Y esa parte fué la que se quedó para la historia.
Raphael Ravenscroft, según dijo él mismo después, tocó ligeramente fuera de tono su parte, lo que seguramente obligó a los ingenieros a ingeniárselas para integrar su instrumento en la mezcla. Tal vez fuera por eso por lo que nunca llegó a cobrar su cheque de 27 libras por aquella sesión... O tal vez no. En cualquier caso, este saxofonista tocó posteriormente con multitud de artistas y grupos conocidos, así que se dio por pagado sólo por eso.
Mención aparte merece el solo de guitarra de Hugh Burns, además de la interpretación vocal del propio Gerry Rafferty, quien narra en la letra de esta canción una dura etapa de su vida, en la que estuvo viviendo por temporadas en casa de un amigo, en la londinense calle Baker. Calle que también es conocida por ser en la que, supuestamente, vivían Sherlock Holmes y el doctor Watson.
Lo más característico y reconocible de este tema son sus partes de saxo alto, haciendo el papel tanto de riff principal, como de estribillo, pues Baker Street es una canción que sólo tiene estrofas, intercaladas por las partes de saxo, un solo de guitarra y una parte instrumental, donde el teclado es el protagonista.
Pero lo que quizá no tanta gente sabe es que la parte en que ahora está el saxo estaba pensada para otro instrumento, que no llegaron a hacer funcionar ni con guitarras ni con ningún otro instrumento solista. Entonces probaron con el saxo alto de Raphael Ravenscroft, saxofonista de sesión contratado para la ocasión, quien estaba ahí para grabar una discreta parte de saxo soprano (que se mantuvo también en la mezcla). Y esa parte fué la que se quedó para la historia.
Raphael Ravenscroft, según dijo él mismo después, tocó ligeramente fuera de tono su parte, lo que seguramente obligó a los ingenieros a ingeniárselas para integrar su instrumento en la mezcla. Tal vez fuera por eso por lo que nunca llegó a cobrar su cheque de 27 libras por aquella sesión... O tal vez no. En cualquier caso, este saxofonista tocó posteriormente con multitud de artistas y grupos conocidos, así que se dio por pagado sólo por eso.
Mención aparte merece el solo de guitarra de Hugh Burns, además de la interpretación vocal del propio Gerry Rafferty, quien narra en la letra de esta canción una dura etapa de su vida, en la que estuvo viviendo por temporadas en casa de un amigo, en la londinense calle Baker. Calle que también es conocida por ser en la que, supuestamente, vivían Sherlock Holmes y el doctor Watson.
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