miércoles, 14 de enero de 2015

Albumes Clásicos (El proceso de grabación) 

Deep Purple ya era un grupo consagrado en 1972. Tras la llegada de Ian Gillan en 1969, y la edición de In Rock en 1970, el cuarteto se encontraba ya en un punto álgido de éxito y calidad, a pesar de la ligera decepción de Fireball. Estaban a un paso de entrar en la liga de Led Zeppelin y Black Sabbath, y solamente les quedaba engrosar su lista de clásicos. Lo tenían prácticamente todo para entrar en el Olimpo del Heavy británico. Ian Gillan poseía una voz excepcional, una capacidad única de modular sus alaridos. Ritchie Blackmore era ya uno de los grandes guitarristas británicos, que sabía lucir una digitación frenética y una gran capacidad musical. John Lord era uno de los iconos del órgano Hammond: capaz de aportar riffs gruesos, efectos cósmicos o notas delicadas cuando era necesario. Finalmente, Ian Paice y Roger Glover formaban una de las bases rítmicas más competentes de los años 70.
Machine Head fue el mayor éxito comercial de Deep Purple (nº 1 en Reino Unido y su primer Top Ten en EEUU) y, junto con In Rock, el mejor disco de la banda. En esta ocasión, no repitieron las trazas de experimentación y furia del vinilo de “Child In Time”, sino que ajustaron su fórmula y lograron 7 temas compactos, potentes y llenos de clase.
Highway Star sigue fiel a la tradición de Deep Purple de comenzar su repertorio a todo gas (como Speed King en In Rock y Fireball en el disco homónimo). Gillan y Blackmore están majestuosos con sus interpretaciones - el solo de guitarra es un clásico, y un contrapunto al que despacha previamente John Lord. Tras esta obra maestra, “Maybe I’m A Leo” (un blues-rock de ritmo “contenido”) queda en segundo plano, pero “Pictures Of Home” es otro de esos cortes de un rock de extraordinaria clase, donde el Hammond de Jon Lord es especialmente brillante. La estructura de “Never Before” es más convencional, pero es un buen rock, muy pegadizo y con un ritmo irresistible, pero lo que viene a continuación es apoteósico. Así, irrumpe con fuerza el clásico de los clásicos, el riff más recordado del Heavy Metal: ¿quién no ha intentado tocar “al aire” las notas de la entrada de “Smoke Of The Water? Le sigue “Lazy”, una jam bluesera donde Blackmore se despacha con magníficos solos, y que en directo alcanzaría su verdadera dimensión.
Como traca final, “Space Truckin’” es inmejorable. Es el tema más duro del álbum, y posiblemente de la carrera del grupo. John Lord dobla con el órgano el riff de Blackmore, consiguiendo un sonido grueso, impactante. Los gritos de Gillan le colocan como el mejor par de cuerdas vocales de los setenta. 
Un disco imprescindible y probablemente el álbum más representativo de Deep Purple y el que les colocó en la cima del Rock de los años 70.


 




 


 



 


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