Si hubiera que nombrar a uno de los cineastas clave del 61º Festival de Cine de San Sebastián, ese sería, sin duda, el director canadiense Denis Villeneuve
que presentó en la Sección Oficial
del festival su primera incursión en Hollywood y que se vio fuera de concurso y con motivo del Premio Donostia a Hugh Jackman.
Prisioneros es un elegantísimo y cuidado thriller sobre los límites que es capaz de cruzar el ser humano para defender a los suyos.
En la cinta de Villeneuve conocemos a Keller Dover (Hugh Jackman), cuya
hija de 6 años ha desaparecido junto a su amiga Joy. La mejor pista es
una vieja caravana que había estado aparcada en su calle y el
detective Loki (Jake Gyllenhaal), al mando de la investigación detiene a
su conductor (Paul Dano) para dejarlo poco después en libertad por
falta de pruebas. Mientras la policía continúa la investigación y
aumenta el pánico conscientes del peligro que corren la vida de las
niñas, un desesperado Dover decide tomar las riendas del asunto. Pero, ¿hasta dónde estará dispuesto a llegar este padre desesperado para proteger a su familia?
A primera vista, ‘Prisioneros’ puede parecer una
película más sobre el rapto de niños, pero lo cierto es que la
desaparición de dos niñas no es más
que una excusa para adentrarse en una parte del ser humano. Y lo hace de una forma tremendamente directa, efectiva y que a menudo puede llegar a causar escalofrios.
Resulta casi impensable que una película de dos horas y media de metraje matenga el ritmo y la tensión sin aburrir gracias a un ritmo constante y coherente,
sin altibajos y con un guión lleno de giros y piruetas que quedan muy
lejos de ser previsibles. Y todo ello mostrando un estilo clásico, muy
potente y muy duro.
Sin duda, una de las grandes bazas de la primera gran incursión de Villeneuve en el cine de Hollywood es un reparto, encabezado por Hugh Jackman. Para darle la réplica, el peersonaje del policía involucrado en la investigación nos topamos con un impecalbe Jake Gyllenhall, que termina conviertiéndose en a gran sorpresa de la película, Junto a ellos, el siempre impactante Paul Dano, escalofriante y vulnerable como primer sospechoso del secuestro y María Bello, como madre destrozada por la desaparición de su hija.
Sin duda, una de las grandes bazas de la primera gran incursión de Villeneuve en el cine de Hollywood es un reparto, encabezado por Hugh Jackman. Para darle la réplica, el peersonaje del policía involucrado en la investigación nos topamos con un impecalbe Jake Gyllenhall, que termina conviertiéndose en a gran sorpresa de la película, Junto a ellos, el siempre impactante Paul Dano, escalofriante y vulnerable como primer sospechoso del secuestro y María Bello, como madre destrozada por la desaparición de su hija.
Prisioneros terminará conviertiéndose en una de esas películas que se analizarán para estudiar las bases del género, y que fué definida por Carlos Boyero, uno de los críticos de cine mas ácidos de este país, como "un thriller tenebroso y desasosegante, una película notable, tensa, compleja y sombría".
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