1001 discos que hay que escuchar antes de morir es un libro de Robert Dimery, publicado en el año 2013 y con prólogo de Michael Lydon (cofundador de la Revista Rolling Stone). Esta obra recopilatoria abarca una gran variedad de estilos y géneros,
señalando hitos fundamentales y obras que, efectivamente, todo el mundo
debería haber escuchado. Tiene la inteligencia de no plegarse a las
modas y a la música más comercial (no se encuentran fenómenos de masas
como Backstreet Boys, Britney Spears o Justin Bieber), pero sí recoge
los trabajos de calidad, independientemente del éxito de público que
cosecharan. Así, cosas que sí
encontraremos son trabajos de Radiohead, White Stripes o Nick Cave, por
citar algunos artistas.
Se trata de una enorme cantidad de información.
Cada álbum tiene su correspondiente ficha y un breve texto que sitúa la
obra en el contexto tanto temporal como de la carrera de su autor,
además de una pequeña justificación de por qué debe ser considerado como
uno de los seleccionados. Las entradas se hacen amenas y fáciles de
leer, y el libro puede convertirse en una fuente de consulta, pero
también leerse de corrido como un libro más. Se agradecen también índices por autor y obra, para encontrar fácilmente el disco que buscamos.
La recopilación empieza a finales de los años 50 y llega
hasta el año 2013. Los títulos de los años 50 son sobre todo jazz y
los inicios del rock. En los 60 emerge la figura del pop y destaca
también el rock psicodélico y el folk; esta década resulta tan
importante para la música que está sobradamente representada. Por ejemplo, sólo de 1967 se contabilizan más de treinta discos.
En la década de los 70, destaca el auge de los cantautores o el
nacimiento del rock duro y el punk. Los años 80 y 90 brillan por su
eclecticismo: música electrónica, pop, rock, el auge del grunge, etc.
Finalmente, la última parte está dedicada a los discos desde 2000 en
adelante.
Toda selección implica subjetividad, y eso a su vez implica no poder contentar a todo el mundo. Se puede resumir con una frase típica: no están todos lo que son, pero son la mayoría de los que están. Y desde luego, ‘1001 discos que hay que escuchar antes de morir’, es toda una obra de referencia para los melómanos y los interesados en la música, que encontrarán en ella una fuente inagotable de nuevas sensaciones.
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