La balada de Narayama es una película del año 1983 (remake del film del mísmo título del año 1958) dirigida por Shohei Imamura. Lo que comienza como un simple retrato pintoresco de un pequeño poblado
japonés se convierte en un intrincado y doloroso viaje a través de costumbres y
tradiciones enraizadas profundamente en la vida de estos aldeanos hace más de
100 años. Los integrantes de esta pequeña y pobre comunidad, obligados por la
falta de alimento suficiente para sobrevivir, contemplan entre sus costumbres
que los ancianos al llegar a los 70 años de edad, deben abandonar la aldea y
“reunirse” con sus antepasados al pie de la montaña Narayama.
Shohei Imamura, que ganó la Palma de Oro del Festival de Cannes de ese mismo año con esta maravillosa
película, nos habla de una aldea de montaña, con muy duras condiciones de vida,
en la que las reglas vienen marcadas de antiguo por la necesidad de sobrevivir.
Son normas primitivas y prácticas extraídas de la vida animal y de las propias
limitaciones impuestas por la naturaleza en cuestiones, sobre todo,
alimenticias.
Un film realmente crudo, un drama lleno de una dureza
descarnada donde la necesidad de subsistir y el respeto a las tradiciones anula
toda humanidad y misericordia en los personajes.
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