jueves, 7 de noviembre de 2013

Discos (Del vinilo al CD) 

El octavo disco de Pink Floyd, grabado en los estudios Abbey Road de Londres, tardó más de ocho meses en ser producido, un tiempo extremadamente largo para la época. Este trabajo fué lanzado en enero de 1973 en una sesión especial de escucha en el planetario de Londres. Dark side of the moon alcanzó el primer puesto de las listas norteamericanas, permaneciendo en ellas más de 15 años, un record absoluto en la historia de la música.
Expertos y fanáticos coinciden, en términos generales, en que Dark side of the moon es la obra maestra de Pink Floyd, el momento cumbre del rock progresivo, y uno de los álbumes más logrados en términos artísticos y de producción. Este disco es la culminación de los viajes internos del cuarteto londinense y la consolidación de Roger Waters como lider creativo de la banda. Sin ser el primer álbum conceptual de la historia, marca un punto y aparte en la narrativa de discos anteriores. Sus letras no son fantásticas ni poéticas: hablan, en términos llanos, de la soledad, la prisa, el aislamiento, la muerte, la avaricia y la locura de la vida moderna que, deste aquella lejana década de los 70, ya se vislumbraba.
Con  una  portada  a  cargo de Hipgnosis, colaboradores habituales y por siempre ligados a
las imágenes imposibles de los Floyd, (de la que se creía que el prisma de la portada estaba basado en las Pirámides de Guiza de Egipto) representa tres elementos: la iluminación en los conciertos de la banda, las letras del álbum y el deseo de Richard Wright de ver una portada más sencilla y pulcra que las que aparecían en sus trabajos anteriores.
Musicalmente mezcla, de la forma más hábil vista hasta entonces, elementos clásicos con la vanguardia técnica y compositiva más avanzada del momento. Alan Parsons, que fué el ingeniero de sonido, jugó en ello un papel fundamental. Los elementos típicos del rock se mezclaron con sintetizadores analógicos, efectos revolucionarios, reverberaciones, el piano de Richard Wright grabado del revés, ruidos de todo tipo incorporados a las pistas, fragmentos de gente hablando, cajas registradoras, tipos corriendo por el estudio, interpretaciones vocales no verbales etc. Una complejidad fuera de lo normal en 1973. Entre todos lograron que The Dark Side Of The Moon no fuese un disco de rock, ni de pop, ni de blues, ni de jazz, ni de soul, ni de rock progresivo, hard-rock o space-rock, y sin embargo lo fuese todo a la vez.


"The great gig in the sky" es el quinto tema del disco y una canción inspirada en la tristeza y la inminencia de la muerte, enfatizada por la voz protagonista de Clare Torrey. Al parecer, Alan Parsons había trabajado con ella previamente y la llamó al estudio. Cuando se disponían a grabar la voz, los Floyd dieron como únicas instrucciones a Torry: "Piensa en la muerte o en algo horrible y canta". El resultado es esta auténtica maravilla que no deja a nadie indiferente.




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