lunes, 4 de junio de 2018

Discos (Del vinilo al CD) 

The Wall (1979) el undécimo álbum lanzado por Pink Floyd supone también la culminación del ascenso de Roger Waters al dominio creativo total sobre la banda. Lejos de verse sobrepasado por esta responsabilidad, el bajista dio rienda suelta a su megalomanía con la concepción de esta ópera rock estructurada en un álbum doble que pretendía convertirse en lo más grande que habían creado hasta entonces.
La situación de la banda ya empezaba a ser muy tensa en la gira que siguió al lanzamiento de Animals, y la fractura no hizo más que agrandarse con la concepción de The Wall, que irónicamente sirvió para levantar un muro entre los miembros de la banda. La posición autoritaria y dominante de Roger Waters en el grupo se hizo más fuerte que nunca en los últimos años de la década de los 70, una situación que se hizo muy difícil de digerir por los demás miembros de la banda.
Waters fue quien a mediados del 77 llevó a sus compañeros la idea germinal de este disco, en forma de una demo de 90 minutos titulada Bricks in the Wall. Sobre este concepto inicial comenzaron a trabajar junto a Bob Ezrin, quien se encargó de escribir un guión para el ambicioso proyecto.
El concepto inicial de The Wall tenía un fuerte contenido autobiográfico en torno a la figura de Waters, quien reflejaba gran parte de su infancia y de las situaciones más traumáticas de su vida, como la muerte de su padre en la Segunda Guerra Mundial (In the Flesh?). En el planteamiento final, Pink surgía como protagonista central y aglutinaba no sólo los traumas y problemas de Waters, es decir sus ladrillos en el muro, sino también los del inolvidable Syd Barrett, cuya alargada sombra aún seguía cubriendo al grupo. La sobreprotección de su madre (Mother), la tiránica influencia de sus profesores (Another Brick in the Wall Part 2), las primeras experiencias con las drogas (Comfortably Numb) y otras situaciones que se narran a lo largo del álbum se van convirtiendo en los ladrillos del muro que irán aislando a Pink dentro de su propio mundo (Nobody Home).
Convertido en una estrella del rock, nuestro protagonista terminará por encerrarse completamente dentro de un mundo de locura (Is There Anybody Out There?), llegando a verse a sí mismo en pleno concierto como un dictador fascista que dirige a sus leales súbditos (Run Like Hell). Este imposible contraste entre la megalomanía y la soledad conducirá al cantante a una situación de crisis absoluta (Waiting for the Worms) y a su liberación que echará abajo el muro (The Trial), poniendo fin a su sufrimiento y cerrando el círculo del disco al terminar tal y como empezó.
El álbum fue un inmenso éxito comercial, llegando al número uno en numerosos países y convirtiéndose en uno de los discos más vendidos de la década, el álbum doble más vendido en la historia y uno de los más vendidos de todos los tiempos, con un total de 33 millones de copias vendidas a nivel mundial, de las cuales 11.5 millones de copias fueron vendidas solo en los Estados Unidos, en donde debido a su naturaleza como un álbum doble, está certificado como veintitrés veces disco de platino. 

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