El Niño de La Portuguesa.
Paco de Lucía, el más cualificado revolucionario de
la guitarra flamenca que nos ha sido dado a escuchar, ha dicho su último
adiós a los 66 años de edad, pues vio la luz a la 10.00 horas del 21 de
diciembre de 1947, en el número seis de la algecireña calle San
Francisco, junto a una frondosa foresta conocida por La Almoraima,
referente que le llevaría, en 1976, a una impresión discográfica con la
que marca el inicio de una nueva y esplendorosa corriente musical.
Hijo de Antonio Sánchez Pecino, guitarrista, letrista y buen
aficionado, fallecido en junio de 1994 cuando contaba 86 años, y de la
portuguesa Lucía Gómez, desde pequeño se vio inmerso en el plan ideado
por su progenitor, que preparó a sus hijos (Ramón, Antonio, Pepe y
Paco), les inculcó una férrea disciplina y los dotó de una completa formación vivencial, hasta elevar a Paco al trono de la guitarra y convertirlo en el eje de una familia siempre unida.
Esto explica el que se iniciara a temprana edad con
su hermano Pepe, llegando ambos a ser premiados en el Festival-Concurso
Internacional de Arte Flamenco de Jerez de la Frontera, celebrado
durante los días 8, 9 y 10 de mayo de 1962, y a grabar un disco, 'Los
Chiquitos de Algeciras' (1963), cuando el Niño de la Portuguesa ya
empezaba a reclamar la atención de los flamencos.
Pero algo que muchos aficionados quizá desconozcan es que la primera
actuación pública del Niño de la Portuguesa tuvo lugar en su tierra
natal, a los 11 años de edad y en una emisora local. Ya en 1963 se
traslada con la familia a Madrid, realiza ese año junto a su hermano
Pepe una gira por los EEUU con la compañía de José Greco, y luego una
segunda ya en 1966 por Norteamérica, Europa, África, Filipinas y
Australia, hasta que conoce al maestro Sabicas, quien, viendo los influjos de Niño Ricardo y Mario Escudero en el futuro gran maestro supremo, le diría: "Tocas muy bien la guitarra y ha llegado el momento de crear tu propia música".
Como así fue, pues Paco de Lucía llegó a ser un forjador de múltiples
e invisibles caminos que nos llevan, a su vez, a un revulsivo necesario
y a una revolución inevitable, al punto que todos reconocen el que la
guitarra flamenca haya alcanzado con él el estadio de esplendor, madurez y plenitud más importante de la historia.
Sin posibilidad de cotejo, hay que sentenciar, en tal sentido, que la guitarra se explica hoy según el ritmo y el pulso personal de este genio incomparable,
un traductor en el mundo del mensaje de la música al que siempre le
hemos estado pidiendo que busque algo imposible de lograr: su propia
superación.
Me comentaba hace años Paco en Algeciras que cuando regresaba de una
gira sólo le apetecía encerrarse en casa y vivir las horas perdidas con
la familia. Se ausentaba del entorno social y a muchos les creaba la
incertidumbre de si estaba vivo o muerto porque aparecía y desparecía de
forma constante por nuestras vidas. Hoy ya conocemos su paradero. Hay
inquietud en nuestra alma porque vive entre nosotros. Paco de Lucía
nunca se fue. Y ese es el valor de la ausencia.
Fuente: Manuel Martín Martín (El Mundo)
Fuente: Manuel Martín Martín (El Mundo)
La historia de la vida de Paco de
Lucía es la de una emancipación, el relato de un chico que aprendió a
ser él mismo, para llegar a ser el más grande. Pero desgraciadamente, Dios no era inmortal.
Pero inmortal es su música y sús miticos conciertos con Al di Meola y John McLaughlin.
Pero inmortal es su música y sús miticos conciertos con Al di Meola y John McLaughlin.
No hay comentarios:
Publicar un comentario